Por la inflación cae el poder de compra de los salarios y a la vez aumenta la venta de bienes durables. El efecto de la economía en negro.
El consumo muestra dos caras en lo que va del 2023: caídas en las ventas de alimentos y otros productos de primera necesidad y alzas en la compra de autos y electrodomésticos. Todo esto en el marco de una economía que se desacelera mes a mes y se perfila a cerrar el año con una baja del 4% del producto bruto y una inflación en torno al 140%.
Un relevamiento de la Fundación Capital apunta que «la actividad económica se contraerá un 2,7% interanual en 2023, en nuestro escenario moderado. El consumo privado se verá limitado, con una baja interanual del 1,4% por una nueva baja del 3,3% en el poder adquisitivo de las familias».
Allí se refleja que el consumo se mueve a dos velocidades: la venta de alimentos presenta bajas anuales, mientras que la de bienes durables y de recreación sostiene los registros interanuales positivos, aunque sin recuperar el nivel de 2017.
Los relevamientos de la consultora Scentia registran caídas del consumo masivo desde septiembre del año pasado. El rubro alimentos profundizó su retroceso al 2,8% interanual en marzo, en un mes con los precios de los comestibles aumentando bien por encima del IPC (9,3% vs. 7,7% mensual).
El desempeño del consumo es dispar según los canales de compra. Los almacenes y autoservicios enfrentan caídas del 6,9%, mientras las cadenas de supermercados subieron 6,1%.
Fuentes del sector detallan que la torta de consumo masivo se viene achicando mes a mes, aunque no es igual para todos. Al calor del programa Precios Justos, el canal supermercados gana participación frente a almacenes, autoservicios y mayoristas, La razón es que hay una diferencia de precio de aproximadamente un 30% entre los dos canales. «Los precios son más bajos en los grandes supermercados, aunque hay productos que escasean», cuentan,
La situación es diferente en el caso de los bienes durables. La venta de electrodomésticos subió 18,8% en el primer bimestre en términos reales, si bien aún se encuentra un 15,7% por debajo de igual período de 2017.
«El consumo en patios de comidas y quioscos al interior de los shoppings muestra un buen dinamismo, incluso superando el nivel de 2017 en el primer bimestre del año (5,4% en el primer bimestre). En contraposición, se evidencian bajas desde el mes de octubre en las compras de indumentaria, calzado y marroquinería (2,5% interanual en febrero), en el marco de fuertes subas de precios en estos productos 119%», puntualiza la Fundación Capital.
El patentamiento de motos aumentó 12,3% en el primer cuatrimestre, impulsado por líneas de financiamiento más accesibles. En cambio, los autos muestran un estancamiento desde fines de 2019, y en un nivel muy bajo (-48,2% vs. 2017).
Gabriel Paredes, Jefe de Omnicanalidad en Familia Bercomat, apunta que los insumos para la construcción tienen demanda. «Las categorías de productos más buscadas son cerámicas, porcellanatos, aberturas, sanitarios, griferías y chapas para techos con sus complementos. En lo que va del año el ticket promedio ronda los $ 50.000 con un crecimiento del casi 100% vs. el año anterior. Seguimos ofreciendo cuotas fijas y promociones especiales de cuotas sin interés para facilitar el pago y hacerlo más accesible para nuestros clientes».
«Se mantiene cierto dinamismo en el consumo en bienes durables y servicios en los registros del comienzo del año, lo que puede vincularse a sectores de mayores ingresos que continúan capitalizando el contexto de incertidumbre y escasas alternativas de ahorro debido al cepo cambiario, y con programas de incentivo como el PreViaje o cuotas fijas con Ahora 12», indica la Fundación Capital.
Mientras los que tienen más recursos se lanzan a un consumo preventivo ante la escalada de precios y el temor a una devaluación ya sea antes o después de las elecciones, los de menores recursos no encuentran cómo defenderse.
Un informe de la UADE precisa que en el período que va de enero de 2017 a marzo de 2023, en términos reales, «el salario ha perdido 15% de poder adquisitivo frente a la inflación, mostrando en 2021, 2022 y los primeros meses de 2023, una aceleración del ritmo inflacionario, lo que aumenta la brecha existente entre los aumentos precios y los incrementos salariales».
Eduardo Crespo, economista de FLACSO, abona a través de un hilo de Twitter la teoría de que el consumo y la economía no están tan deprimidos como las estadísticas muestran. Y da cuenta del «efecto barrani», el eufemismo tuitero para referirse al consumo exento de facturas,
Apunta Crespo que la economía en negro es mayor a lo que se estima habitualmente y que no está vinculada únicamente a los sectores de bajos ingresos. «El cepo, en combinación con los efectos aceleradores de la pandemia sobre las comunicaciones (zoom, Google meet, etc.), ayudaron a gestar una informalidad de medianos y elevados ingresos».
«Miles de residentes exportan servicios apelando a formas de pago barrani. Un vasto universo de empresas de software, programadores freelance, psicoanalistas, etc., facturan utilizando Paypal, depósitos en Uruguay, cryptos y un largo etcétera», desliza Crespo.